La Alienación – Eduardo Galeano

Allá en los años mozos, fui cajero de banco. Recuerdo, entre los clientes a un fabricante de camisas. El gerente del banco le renovaba los préstamos por pura piedad. El pobre camisero vivía en perpetua zozobra. Sus camisas no estaban mal, pero nadie las compraba. Una noche, el camisero fue visitado por un ángel. Al…